La gestión de cobranza es una tarea crítica para la salud financiera de cualquier empresa, ya que permite recuperar el capital invertido y mantener una relación sana con los clientes. Existen diferentes formas y tipos de cobranza, y cada una tiene sus propios beneficios y desafíos.
Para llevar a cabo una gestión de cobranza efectiva, el encargado de la cobranza debe tener experiencia en el área y contar con la información necesaria suministrada por un Gestor o Asesor legal, Auxiliar de contabilidad y ventas. Esta información puede incluir la tarjeta del cliente, registros de pago, monto total, cuotas vencidas y/o por vencerse, información legal de cada operación llevada a cabo, personal principal y de apoyo, entre otros.
Entre las formas de cobranza más comunes se encuentran la cobranza personal (directa), intermediarios (gestores y agencias de cobranza), intermediación bancaria, por correo postal o electrónico y centros de recaudación. Cada una de estas formas tiene un costo diferente y, por lo tanto, es importante elegir la forma adecuada para minimizar los costos de cobranza.
En cuanto a los tipos de cobranza, se pueden distinguir tres tipos según su proceso de ejecución: cobranza formal, cobranza judicial y cobranza extrajudicial. La cobranza formal es la que se realiza mediante los responsables directos de la cobranza, utilizando los medios y procedimientos regulares para ejecutar el cobro. La cobranza judicial es aquella en la que la empresa puede o no intervenir directamente y se lleva a cabo a través de un gestor o abogado especialista en cobranza judicial. Por último, la cobranza extrajudicial deriva de la anterior en lo que respecta a la iniciación del proceso legal, pero marcando diferencias cuando el deudor se somete a una transacción fuera de juicio.
Es importante destacar que la elección del tipo de cobranza dependerá de la modalidad del crédito, clase y condiciones del cliente, lugar del domicilio donde debe hacerse la cobranza, gastos de transporte y gastos de localización y ejecución, entre otros factores.
En una empresa pequeña, el responsable de la conducción de la cobranza es el empresario o dueño del negocio. Sin embargo, por su falta de experiencia y conocimiento en las técnicas de cobro, es difícil que pueda cumplir con esta tarea de manera efectiva. Por lo tanto, es recomendable contar con un encargado de la cobranza con experiencia en el área para llevar a cabo esta tarea de manera efectiva.
Referencias:
Pymento, J. (2021). Cobranza efectiva. Ediciones Pieter.
Zinn, D. (2019). La gestión de cobranza. Editorial Tecnos.
Ramírez, L. (2020). Manual de gestión de cobranza. Universidad Nacional Autónoma de México.
